sábado, 30 de abril de 2011

MIERCOLES

    A la madre de J, una amiga, le diagnosticaron un cáncer.  J me dice que de un día para el otro su vida se partió en dos.  Me cuenta un detalle que para otro podría ser contingente pero para ella no:  "pienso que si alguien me hubiera llamado el miercoles (J no vive en la Argentina), me habría encontrado más o menos bien, pero si en lugar del miercoles esa misma llamada hubiera sido el jueves, sólo un día después yo ya era otra". 
    No hay explicaciones a mano sobre la causa de la enfermedad, la mamá de J es una mujer mayor pero tiene buena salud, nunca fumó y sus chequeos médicos están al día.  Desde que recibió la noticia, todas las mañanas antes de que suene el despertador a J le pasa lo mismo.  En un estado intermedio entre el sueño y la vigilia llega a la misma conclusión: todo fué una pesadilla, entonces su madre no está enferma.  A J le impresiona hablar como si su madre estuviera muerta o como mínimo condenada, cuando todavía no consultaron con el oncólogo y no se sabe el tratamiento a seguir.  Es esa palabra la que me partió en dos, me dice.
  Un cáncer no es una gripe, quién no lo sabe, y recibir esa noticia en general no encuentra a nadie bien parado.  Sin embargo, J dice algo más.  Dice sobre el trabajo extra de tener que separar una palabra más que de un significado, de una sentencia.


A.B.
    
    

martes, 12 de abril de 2011

¿QUÉ PASA? (1)

    Mi relación con el espacio ciber es básica: procesador de texto y mails.  Para ser màs precisa: nunca chatee! y cada tanto dudo entre face o no face.  Entonces, ¿qué hago acá?  Pregunta que, aunque simple en su formulación, merece un análisis por lo menos en dos direcciones: la escritura y su espacio o soporte material.  Empiezo por el último.  
  
1- BLOG:
   Un amigo me contó que hace un tiempo su hijo se abrió un blog donde escribe de todo casi a diario.  Entre otras cosas, literatura.  "En lugar de guardar en Mis documentos, se leen entre ellos", me dice mi amigo refiriéndose a los compañeros blogueros de su hijo.  En contraste, me describe con lujo de detalles la experiencia de andar rebotando de editor en editor con la novela bajo el brazo, a pesar de tener premios y obra publicada: " lo veo a mi hijo y pienso que al final por el lado de la publicaciòn no pasa nada, ¿no? "   Es conocido el tema del mensaje invertido, y uno podría decir sin ponerse en analista salvaje de nadie que la pregunta de mi amigo no estaba dirigida a mi, sino que más bien lo interpela a sí mismo.  Pero por esas cosas de la vida, en esta oportunidad, la pregunta dió de una en dos blancos.  Y como dijo Gertrudis, la mamá de Hamlet: ¡Economía, economía!

2- ESCRIBIR:
   ¿Se puede tener ganas de escribir a secas, o a ese enunciado le falta algo?  Dicho de otro modo,  ¿se puede conjugar el verbo escribir prescindiendo del predicado? , ¿o hay que saber con anterioridad al ejercicio del verbo qué se va a escribir?  Una respuesta posible es la que aporta Roland Barthes al definir como escritor a todo sujeto de una pràctica, la pràctica de escribir.  (Similar a la de Oscar Masotta respecto de su posiciòn como analista, quien rehusaba a definirla como un atributo del ser -"soy analista"- para  ubicarse como "sujeto de una práctica, la pràctica del psicoanàlisis").   R.B sotenía que la literatura no es un sector de comercio o enseñanza.  Es decir, que la literatura no "está" solo en aulas y librerías.  Hecha la aclaración, define que literatura y texto son la misma cosa.   Porque el texto es tejido significante donde aflora la lengua, campo de batalla donde el signo es combatido siempre que se la da de natural.  ¿Por qué no pensar entonces el blog como sinónimo del texto barthesiano?  Un lugar donde ejercer la pràctica de escribir y que pase algo.

A.B
  

1.  Le debo a mi amiga y compañera de prácctica, Vivi Pantuso, la posibilidad de hacer juego de palabras con expresión del título.  Ver su artículo "Acerca de la transferencia", Ensayos 1, Publicación del Espacio de Investigación en Psicoanálisis del Centro 1