Hace una semana nos encontramos con mi amiga Vivi para ir al cine y me regaló "La educación sentimental". Le había comentado sobre mi segundo intento de leer "Por en busca del tiempo perdido" sin éxito(ya le llegará su momento, hablando de tiempo). También sobre mi decisión de hacer del obstáculo, la oportunidad de seguir con Flaubert. De F sólo leí M.Bovary y parte de su diario, citado por Barthes. El diario de F no es precisamente del tipo mi mamá me ama o mi papá es un tirano. Es sobre el oficio de escribir. Porque para F escribir es igual a vivir. También está la experiencia Hemingway quien -cual guante dado vuelta- vivía (y cómo) para escribir. Por otra parte, el diario de F es interesante para pensar si la materia ineludible de un diario es la biografía: una especie de reality en papel. En su caso,la respuesta es No. Y habilita la sospecha de que en definitiva toda biografía es una ficción o novela...familiar del neurótico en algunos casos.
Después del cine, con Vivi nos fuimos a un bodegón de Echeverría a una cuadra de Libertador. Celebramos, entre otras cosas,que con respecto al verano pasado mi plan de lectura había virado de la obra casi completa de Dostoiesvski (imperdibles los prólogos de Saccomanno a "Crimen y Castigo" y "Memorias del subsuelo", editados por Página 12) a la lectura del citado F. Nada personal, ambos son escritores únicos. Pero pensándolo en Situación (Simonne y Jean Paul dixit): no es lo mismo un verano Dostoiesvski que un verano Flaubert, ¿no?
A propósito de S, J.P y su amor antiburgués, en el bar de Echeverría después de la segunda birra, con Vivi nos acordamos del comentario ingenioso de una conocida en común. Esta conocida sostiene que las mujeres no tenemos problemas económicos: tenemos problemas morales. Nosotras,brindis mediante y el bodegón a punto de cerrar, concluimos que entre una cantidad de factores determinantes nuestra "educación sentimental" es en gran parte la causa de ese dilema. Entre esa cantidad de factores: lugar especial merecen los comentarios de Freud sobre la degradación de la vida amorosa de los señores y la sexualidad femenina de las futuras esposas (la palabra esposa: ¿proviene de la jerga carcelaria?) En la sexualidad femenina, Freud pone el acento en la intensa relación pre edípica madre-hija. Algunos comentarios son francamente divertidos. Por ejemplo el párrafo donde establece un paralelo entre la madre de la señora en cuestión y su marido, sobretodo cuando se arma el tole tole conyugal. Sin embargo,hay esperanzas. Según Freud eso sucede con ¡el primero!, pero con el segundo marido puede mejorar. Ni que hablar con el último: flores al cementerio y ni un sí ni un no (las estadíticas indican que son las mujeres en su mayoría quienes sobreviven a sus esposos. ¿Por qué será?).
Recién al otro día después de lavar los platos del almuerzo, caí en la cuenta...hablando de economía. ¡Había olvidado el regalo de Vivi en la butaca del cine! De más está decir que al toque llamé al Malba pero ni noticias (antes de ese acontecimiento yo solía afirmar con fervor que robar libros más que un derecho es una obligación).
Ya pasó más de una semana del hecho. Cesaron los reproches super yoicos del estilo "no valorás el regalo de una amiga" y "no podés conservar un regalo porque no te valorás", cual duelo de titanes (¿el super yo saca letra de telenovela de las tres y manual de autoayuda, o al revés?).
Aunque ya lo decía el filósofo del martillo: no hay hechos sino interpretaciones. Por eso, puse en capilla a mi SY mientras disfruto de dos regalos a falta de uno. Paso a enumerar:
1. Sin perder tiempo (¿el que buscaba Proust?) me comprè otro ejemplar del libro de F de la misma edición y todo. Por suerte, como decía mi abuela, se paga con plata. Para que la felicidad sea completa sólo falta que Vivi escriba la dedicatoria por segunda vez y de paso ¡nos vemos! (a esta altura del partido ya está claro que el filósofo danés, Soren.K, borró de un plumazo la posibilidad de hacer de la segunda vez, la primera)
2. Desde entonces,disfruto de mi nueva adquisición (¿rectificación, diría un lacaniano?): un verano Flaubert... sin educación sentimental. A quien se la llevó, que le sea leve.
A.B