Hace un par de días fui a ver Medianeras. Meses en cartel y críticas elogiosas,inclinaron la balanza. Tampoco tenía otra opción conocida o recomendada. La semana pasada fui a ver Pina y La cueva...y la esencia del cine (imagen/historia) se materializó en un nunca tan bien ponderado 3D.
Medianeras es difícil de clasificar:no es una película,tampoco un documental. Pero ese no es el problema,hasta podría ser una virtud:no se la puede encasillar. El problema es otro. ¿De qué se trata?
1.
Por un lado:el aspecto visual o imagen. La cámara se dedica a registrar la estética cambalache de los techos porteños. También la proliferación de rasca cielos con mono ambientes caja de zapatos que hacen de la luz en la ciudad agua en el desierto. A veces es una voz en off la que acompaña esas imágenes. Otras,son los mismos protagonistas quienes "piensan"(por ejemplo, ella cuenta la historia de un amor prohibido en el origen de la construcción del Cavanagh). Los comentarios apoyados en el punto de vista del director son en su mayoría ingeniosos. Es más,me parece que esa es la única materia prima genuina de la película. Y que la narración es intento fallido,o escusa,para "mostrar" básicamente eso:que los argentinos somos tan imprevisibles como nuestros techos. Así dice la voz en off: un fallido. Porque en todo caso se trata del techo de las viviendas de la capital federal,y no de los techos del país. (A fines de los noventa se estrenó Martín H de Aristarain. Martín H,hijo de padre argentino exiliado en España,compara los techos argentos con los de Madrid en una sintonía similar a la de Medianeras. Sin embargo,su mirada es interesante por ser la de alguien extranjero y familiar a la vez. Pero la diferencia fundamental es que esa mirada no está escindida o descolgada del relato o historia).
2.
Por otro lado: la historia de los personajes principales(y no separo estos aspectos por fines didácticos o prácticos:así de separados están en Medianeras). Martín y Mariana son vecinos, nacieron uno para el otro pero están tan cerca que no se ven. Porque la ciudad es una isla de cemento(versión postmo de la selva hippie sesentista). La hipótesis no es mala,ese no es el punto. El punto es cómo está contada. Sin ningún cuidado por la trama narrativa:un desfile de personajes estereotipados, aburridos, previsibles(no como los techos)...y hasta irritantes. Lo raro es que ese último aspecto incluye a la propia protagonista. Digo raro,porque la estética de la historia podría acercarse a la de la telenovela(a la abulia de los personajes de Silvia Prieto o Los guantes mágicos del director Martín Rejtman, no le llega ni a los talones). Entonces,en esa clave: las Buenas personas que son los Enamorados deben terminar juntos luego de sortear una serie de obstáculos mundanos. Sin embargo,Mariana no se porta muy bien que digamos. Está lejos de ser una heroína romántica. Por el contrario,es es el prototipo de mina insatisfecha que se regodea en una pose melanco por un lado y por otro,¡es más peligrosa que mono con navaja! Por ejemplo:deja plantado a un muchacho bonito y como si fuera poco,caballero, después de hacerle subir 11 pisos por escalera debido a que ella sufre una fobia cool a los ascensores...
No voy a redundar o aburrir con idénticos ejemplos. Tampoco voy contar el final no sólo porque eso no se hace,sino porque para hablar con cierta rigurosidad si hubo un final,¡no lo vi! (por las dudas aclaro que me quedé leyendo hasta el último crédito de la película).
Como en el fondo adhiero a esa idea clásica de que las historias tienen un final a falta de uno,les recomiendo un libro que "descubrió" mi amiga Andrea. Está ilustrado y escrito por el taiwanes Jimmy Liao. Se llama Desencuentros y es un verdadero encuentro con el desencuentro amoroso o existencial... eso depende la edad del lector. No se si tiene final feliz,pero merece el adjetivo precioso.
A.B
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