lunes, 31 de diciembre de 2012

FELICIDADES

   En Infancia e historia, Agamben señala que no existe sociedad sin calendario, ni calendario sin ritos que lo funden una y otra vez. 
   Acá estamos. Fin de año... y un nuevo año por venir.  Comparto poesía de Carver.  Y deseo que se cumpla.  Aunque breve, muchas veces.



¡Muchas veces: Felicidad! 

A.B

FELICIDAD


Temprano permanece oscuro aún afuera.
Estoy cerca de la ventana con café,
y las cosas habituales de la madrugada
pasan por mi cabeza.
Cuando veo al chico y a su amigo
caminando por la calle
para repartir el periódico.
Usan gorros y suéters
y uno tiene un bolso en el hombro.
Están tan felices
que no dicen nada, estos chicos.
Pienso que si pudieran se agarrarían
 del brazo.
Es temprano en la mañana,
y están haciendo ésto juntos.
Se acercan, despacio.
El cielo comienza a cargarse de luz
aunque la luna todavía cuelga pálida sobre el agua.
Tanta belleza que, por un momento,
la muerte y la ambición, incluso el amor,
no tienen que ver con esto.
Felicidad. Llega
inesperadamente. Y sigue su camino; realmente,
cualquier madrugada habla de eso.

domingo, 16 de diciembre de 2012

LIBROS QUE ME PEGARON PARA BIEN O PARA MAL: BARTHES



   Lo primero que leí de B fue Fragmentos de un discurso amoroso.  Como la mayoría de sus libros, está escrito a modo de glosario.  En este caso: sobre el lenguaje de los amantes.  Su análisis es imposible de encasillar en un género o disciplina.  Eso es típico en B.  Lo que de movida me enganchó, fue la estética: fragmentación, elipsis, pastiche… supe después.  Aunque por entonces no podía explicarla, enseguida tuve claro que de ese modo de escribir quería sacar algo.  Tiempo después, me encontré con su definición de ensayo: género discursivo donde la escritura disputa con el análisis (Flaubert escribe en su Diario que hasta que alguien no le muestre en una frase dónde está el fondo y dónde la forma, para él son la misma cosa).  Gracias a esa definición de ensayo es posible practicar la escritura y no caer en la monografía sin remedio.

   Lo último que leí de B fue Diario de duelo.  El diario que escribió durante casi un año, a raíz de la muerte de su madre. El género diario no es de mi gusto.  En general, me aburren o dan vergüenza ajena.  Nada de eso me pasó con Diario. Donde B exprime al máximo sus herramientas retóricas y se cobija en ellas para zafar de lo patético y lo cursi.  

   Hace poco leí un artículo de Saccomanno en  Conjetural.  S escribe que Diario “se trata más de un desarrollo de la ausencia materna como goce en la aflicción que de una elaboración narrativa”.  Y remata preguntando si el hecho de que B no pudiera escribir jamás una novela, no se deberá  a “su imposibilidad de salir del gozoso yo doliente para contar la madre”.  La dejó picando…

A.B