sábado, 31 de diciembre de 2011

CALENDARIO Y RITOS (OJO, DIJE RITO CON S Y NO RITÓ BOMBITA EUGENIA)

  En Infancia e Historia, G. Agamben afirma que no hay sociedad sin calendario.  También, que no hay posibilidad de calendario sin ritos (el Año Nuevo, por ejemplo) que lo funden una y cada vez.  Perdón por la cita culturosa pero es una catársis necesaria después de meses de exprimir ese libro y todavía no haber pasado la mitad.  Esto no es una crítica a ese luminoso ejemplar, sino una declaración de mis agujeros en matería de filosofía y antropología,entre otros que no vienen al caso.  Por suerte mi amiga Silvia (siempre tan ¡atenta!) me regalo Papeles escogidos de Benjamin.
  Por último (y no me refiero sólo a esta entrada sino a lo ÚLTIMO del año)quiero compartir con UDS. un cacho de cultura nacional y popular.  A tono con el tema convocante de este blog y como decía mi abuela, que en paz descanse:

La mortaja no tiene bolsillo....y a gozar (perdón,lacanianos) que el mundo no se si se acaba, pero la vidurria sí.

¡Feliz año nuevo!

A.B

domingo, 18 de diciembre de 2011

LA PIEL QUE HABITO (OYE MELANIE: YO QUIERO A MI BANDERAS)


   No soy una chica almodovar.  En primer lugar: ya no soy chica.  Tampoco vi todas sus películas y en algún tiempo histórico repetí como cotorra alienada (compañeras feministas:¡compasión!)que "lo mejor de Almodovar son sus primeras películas"(con Woody, igual).  En esta ocasión, fui a ver La piel... porque una amiga me contagió su deseo, o su enigma.  Después de verla, el misterio sigue sin revelarse y yo, todavía desvelada.
  Imposible contar el argumento(menos mal, no estoy en condiciones de pensar tiempos verbales, por ejemplo).  Imagino que con cierta lucidez es posible hacer un psicoanálisis aplicado que ajuste como guante en mano (otra vez:¡menos mal!).  Pero, insisto, en este estado me va mejor la técnica barthesiana de elipsis y fragmentación.
1. Sospecho que Almodovar sería el discípulo favorito de Buñuel (si Luis se levantara...).  Y para confirmar mi sospecha, me dieron ganas de ver obra buñuelesca en su totalidad.  Sólo vi dos: una de un marido paranoico basada en novela de Benito Perez; y Ese oscuro objeto del deseo("PSI" obvio) donde Buñel pasa de Catherine a Angela en un abrir y cerrar de ojos.  Esa es la metáfora central de La piel: ¿quién es quien?  Pregunta princeps que se lleva puesto hasta los llamados lazos sanguíneos (Cosa curiosa en Almodovar, en sintonía con Clint: los padres sólo pueden ser padres de los hijos (¿biológicos?) de otros.  En la peli anterior es aún más evidente.)
2.  Me resulta indecidible calificar de buena o mala La piel.  Más bien eso me resulta indiferente porque, justamente,la película me provocó de todo menos indiferencia.  Sólo por dar algunos ejemplos: intriga por el suspenso de la trama; fastidio por sus saltos temporales; melancolía por sus logrados golpes bajos; y una sensación constante de no saber si reir o llorar (a mi vecino de butaca le pasó distinto:directamente se fué).
3.  Mención aparte merece esta emoción o sentimiento: ¡yo quiero a Mi Banderas!...(planchadito, planchadito... o no, me da exactamente igual).  Gracias a Antonio puedo olvidar ese campaneo teórico replicando que los primeros planos y el cine funcionan en general como el agua y el aceite porque en su esencia son el alma de la telenovela.  Y no le doy gracias sólo al envase de Antonio, o a su máscara, piel o careta (depende el sociolecto discursivo al que cada quien pertenezca).  Me voy a permitir un facilismo sonámbulo: Antonio es un actor de la puta madre. O mejor dicho, según el contexto significante, de la ostia.
   De todas maneras y volviendo al tema del envase, máscara, piel o careta (a mi me da exactamente igual), lamento que la magia del cine no sea TOTAL.  Si así fuera, entonces, La piel... se "trans-vestiría" en La rosa (púrpura del Cairo) y Antonio rasgaría la pantalla (o persiana americana, y ahí no se si me da exactamente igual) sólo para venir a verme.  Entonces, si así fuera: seguro que a estas horas de la madrugada no estaría escribiendo.   
A.B